jueves, febrero 25, 2010

SUEÑO RARO.........KAPAX EN EL CERRO DE SAN ANTONIO.


Hace como una semana, tuve un sueño. Soñé con un momento importante en mi pueblo, como lo fué la visita de "Kapax" al Cerro de San Antonio, en el año de 1976. Deseo compartirlo con todos ustedes.

Me encontraba en el centro de Barranquilla y una turista de cuarenta años, ve por la calle unos paquitos de Kapax y recuerda la odisea del río y le dice emocionada a su hijo: "¡Mira, hijo, es Kapax! ¡Kapax!". Pero el niño no entiende: ¿Quién es Kapax? "¡Es el Tarzán colombiano!", explica la madre. El niño se confunde aún más y pregunta: ¿Y quién es Tarzán, mamá? La madre calla. Los héroes del pasado no son los mismos héroes de hoy.Entonces se viene a mi memoria el año de 1976, cuando Kapax (Alberto Lesmes), decide recorrer a nado el Río Magdalena, desde Neiva hasta su desembocadura en el Océano Atlántico, nadando mas de 1000 kilómetros en casi 60 días. Nadó como animal entre siete y ocho horas diarias, ganándole a brazadas cada metro al magdalena.Nadó por el reconocimiento social, por las felicitaciones, por el dinero. Nadó como un animal porque era pobre. Sigue siendo pobre y ya no quiere ser un animal.Zarpó, Kapax de la población de Calamar (Bolívar) antes de llegar al Cerro de San Antonio, mi pueblo natal.El Cerro de San Antonio (Magdalena), se encontraba entre las poblaciones donde Kapax, sería recibido, por las autoridades locales, como el Alcalde Municipal, el párroco, los directores de las escuelas públicas, los estudiantes, personas de pueblos circunvecinos y la población en general, que no se querían perder un evento de esta envergadura y además histórico.Ya salió, ya salió...! gritaban los Cerranos, al enterarse que Kapax, había zarpado de Calamar, rumbo al Cerro de San Antonio, toda la gente salió corriendo a la orilla del río para observar de cerca la llegada del héroe colombiano.A lo lejos se veía la cantidad de embarcaciones fluviales que le acompañaban y se había acordado con las autoridades locales, que apenas estuviese cerca de la población, una banda papayera,se haría sonar interpretando porros y fandangos, para animar a la gente y al ilustre visitante.Además, la dama juvenil más linda del pueblo, tendría la oportunidad de aplicarle la crema de bloqueador solar en sus espaldas para evitar las quemaduras por el sol que recibía a lo largo de su recorrido por el río.Eran las once de la mañana, cuando la caravana fluvial se acercaba cada vez más a la población y en toda la parte del pueblo que colinda con el río, estaba atiborrada de gente, se escuchaban los voladores y su sonido explosivo.A las once y media de la mañana, aparece Kapax a ciento cincuenta metros, justo al frente del Cerro, cuando alguien entusiasmado grita: que suene la papayera, música, música..!!!!!! y de inmediato se escucha el sonido del redoblante, los platillos, el bombo y las trompetas, con un disco rápido , que hace bailar al que no esté entusiasmado.Kapax, más cerca del pueblo, empieza a acercarse y con el “nadaíto de perro”, sus hombros parecían moverse al compás de la banda “papayera”, se termina la pieza musical y sigue con el mismo movimiento acercándose a la orilla más rápido y en su rostro se le ve alegría desesperada. Le gustó, le gustó…mira como mueve los hombros, está bailando, toquen otra, toquen otra…!!!!!!Pero una vez Kapax, ya en la orilla, sale del río desesperado, con las dos manos tratando de quitarse algo que le molestaba, sobre el tapaparrabos de piel de tigre que hace parte de su indumentaria.Quítenmelo, quítenmelo, ayúdenme, ayúdenme, quítenme este” pez militar”..!!!!!!, pero increíblemente, Kapax no bailaba porque le gustase el ritmo de la música “papayera”, Kapax, lo que estaba era desesperado por llegar a la orilla, y que le ayudasen a quitar un gran bagre, que se le pegó y de qué manera justo en su testículo derecho, que se le salió de su taparrabos, cuando nadaba hacía la orilla de la población.Desesperado llamó al bagre, ese “pez militar” por las rayas negras que son características en esa clase de animal de río.En cada población ribereña, Kapax duraba de una a dos horas, pero con el Cerro, tuvo la excepción, porque apenas pisó suelo Cerrano, fue llevado de inmediato al puesto de salud (hoy hospital local) y duró dos días internado.Tuvimos un huésped de honor por cuarenta y ocho horas, con todas las atenciones en su convalecencia, se le notó muy desconfiado a la hora de ingerir los alimentos, porque decía que la carne del “pez militar”, no la comería jamás en su vida.Después de su recuperación, zarpó del Cerro, hacía otro destino,la población de Salamina (Magdalena), hasta llegar a la desembocadura del Río Magdalena, más exactamente, en Bocas de Cenizas.En el sitio donde llegó desesperado Kapax al Cerro, hoy en día funciona un estadero que se llama “Puerto Amor” y justo en un extremo de sus muros, hay una placa donde reza la siguiente leyenda: “Aquí dejó Kapax, su guevo derecho”.Nota: Ojo, que quede bien claro que esto que le narré, es solo un sueño.



Arq. JOSE RICARDO MERIÑO BARRIOS
Director